Durante años, los científicos han creído que la expansión del universo no solo está en curso, sino que se está acelerando, un fenómeno atribuido a una fuerza misteriosa llamada energía oscura, que obtuvo el Premio Nobel en 2011. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por investigadores surcoreanos ha puesto en duda esta visión arraigada desde hace mucho tiempo, sugiriendo que la expansión podría estar desacelerando en lugar de ello, lo que ha provocado un debate considerable dentro de la comunidad científica.
El modelo estándar y las supernovas de tipo Ia
Desde el Big Bang, hace 13.800 millones de años, el universo se ha ido expandiendo. Las observaciones de supernovas de tipo Ia (los restos explosivos de estrellas enanas blancas) han proporcionado pruebas cruciales que respaldan esta expansión, en particular su naturaleza acelerada. Estas supernovas a menudo se denominan “candelas estándar” porque se cree que tienen un brillo constante, lo que permite a los astrónomos medir distancias con precisión en la inmensidad del espacio.
Un posible sesgo de edad en el brillo de las supernovas
Young-Wook Lee de la Universidad de Yonsei y su equipo proponen ahora una interpretación diferente. Su análisis de 300 galaxias anfitrionas sugiere que el brillo de las supernovas distantes de Tipo Ia varía considerablemente dependiendo de la edad de las estrellas dentro de esas galaxias. Actualmente, los astrónomos suelen suponer que las supernovas más débiles de lo esperado son evidencia de una expansión acelerada. Sin embargo, el equipo de Lee sostiene que esta aparente oscuridad podría deberse a un “sesgo de edad”, que hace que el universo parezca expandirse más rápido de lo que realmente lo hace. Si se tiene en cuenta este sesgo, la expansión acelerada desaparece.
Los hallazgos del equipo de Lee indican que la expansión del universo podría haber comenzado a desacelerarse hace 1.500 millones de años e incluso podría revertirse en el futuro, un escenario conocido como la “gran crisis”. Esto implicaría que el universo colapsara sobre sí mismo, lo que podría conducir a un Big Bang inverso. Anteriormente, la posibilidad de una “gran crisis” se consideraba poco probable, pero la investigación de Lee introduce una nueva perspectiva.
Escepticismo y contraargumentos
Adam Riess, otro premio Nobel de 2011, expresa un fuerte desacuerdo con las afirmaciones de Lee. Señala un trabajo anterior del mismo grupo en 2020 que finalmente fue refutado. Riess señala que el estudio actual repite en gran medida los argumentos anteriores con cambios mínimos, y agrega que determinar edades estelares a grandes distancias es inherentemente desafiante, particularmente cuando se basa en una edad media derivada de la galaxia anfitriona.
Mark Sullivan, de la Universidad de Southampton, reconoce que la edad afecta el brillo de las supernovas, pero enfatiza que estos efectos ya se tienen en cuenta en las mediciones actuales de energía oscura. “Soy muy escéptico de que esto conduzca a un universo en desaceleración”, afirma Sullivan.
Observaciones futuras y el misterio de la energía oscura
El Observatorio Vera C. Rubin en Chile está preparado para ampliar significativamente el número de supernovas de Tipo Ia observadas, ofreciendo un “mapa” mucho más detallado de la historia de expansión del universo. Esto ayudará a respaldar o refutar los hallazgos de Lee.
Independientemente del resultado con respecto a la tasa de expansión, la naturaleza de la energía oscura sigue siendo uno de los mayores misterios de la física moderna. Hallazgos recientes del estudio del Instrumento Espectroscópico de Energía Oscura han sugerido que la energía oscura puede no ser una fuerza constante, sino que podría cambiar con el tiempo. Esto no significaría necesariamente que el universo se esté desacelerando, pero implicaría que la tasa de expansión ha variado a lo largo de la historia cósmica.
“La aguja apunta mucho más a que la energía oscura es una especie de cosa dinámica, no una constante cosmológica”, dice Ed Macaulay de la Universidad Queen Mary de Londres. “Creo que exactamente qué es eso es una pregunta realmente interesante”.
El debate en torno a la expansión del universo pone de relieve el proceso en curso de investigación y refinamiento científico. Si bien la evidencia actual se inclina hacia una expansión acelerada impulsada por la energía oscura, nuevas investigaciones introducen posibilidades alternativas convincentes que, en última instancia, impulsan una comprensión más profunda de nuestro cosmos.


































