Una rara condición hace que la leche se escape de las axilas de una mujer, lo que revela ‘senos ectópicos’

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Una mujer de 35 años de Filipinas descubrió recientemente que padecía una rara enfermedad que provocaba que le saliera leche de las axilas, un fenómeno relacionado con la presencia de “senos ectópicos” o tejido mamario accesorio. Aunque parezca inusual, esta afección, conocida como polimastia, afecta a un pequeño porcentaje tanto de hombres como de mujeres y, a menudo, se remonta al desarrollo embrionario.

Comprender la afección: polimastia y tejido mamario ectópico

La experiencia de la mujer comenzó con hinchazones inexplicables en ambas axilas. Los grumos, aproximadamente del tamaño de manzanas pequeñas, eran del color de la piel y tenían forma irregular. En particular, no fueron dolorosos y la piel sobre los bultos no se sintió inusualmente cálida. La aparición de la afección coincidió con la lactancia, y los médicos observaron que se escapaban gotas de leche de los folículos pilosos cuando se apretaban suavemente las áreas.

Esta presentación particular apunta a una condición llamada polimastia, que implica la presencia de tejido mamario adicional fuera del tórax. En este caso, el tejido se manifestaba como senos accesorios dentro de las axilas. Estos tejidos se originan en la cresta mamaria, una línea de engrosamiento que se desarrolla en el útero. Esta cresta es donde se forman las estructuras iniciales de las glándulas mamarias. Normalmente, la cresta mamaria retrocede durante el desarrollo fetal, dejando solo el área del tórax donde normalmente se desarrollan los senos. Sin embargo, a veces pueden persistir restos de esta cresta, lo que lleva a la formación de tejido mamario ectópico.

El desarrollo y la ubicación del tejido mamario ectópico

La cresta mamaria se extiende desde la axila hasta la parte interna del muslo, y puede aparecer tejido persistente a lo largo de esta línea en varios lugares, aunque la axila es el sitio más común. Los senos accesorios también pueden desarrollarse en el perineo (alrededor de los genitales), la ingle, el muslo o la vulva. En casos raros, el tejido puede incluso tomar forma en la cara o la espalda. Curiosamente, este tejido a veces puede desarrollar una areola y un pezón.

Un patrón recurrente en el caso de este paciente

Lo que hizo notable este caso particular fue el patrón recurrente experimentado por el paciente. Informó que le habían aparecido hinchazones similares 15 años antes, tras el nacimiento de su primer hijo. Los bultos desaparecieron después de que dejó de amamantar, para reaparecer en embarazos posteriores. Esta naturaleza cíclica vinculó aún más la afección con las fluctuaciones hormonales asociadas con el embarazo y la lactancia.

Consideraciones de diagnóstico y tratamiento

Después de un examen cuidadoso y una biopsia, los médicos confirmaron el diagnóstico de polimastia. Los resultados de la biopsia mostraron que los bultos estaban compuestos de tejido mamario. Si bien inicialmente se recomendó la extirpación quirúrgica del tejido, la paciente decidió renunciar a la cirugía, basándose en su experiencia previa de que el tejido normalmente se encoge cuando deja de amamantar.

Este es un buen ejemplo de cómo la comprensión de la historia y las experiencias previas de un paciente pueden informar las decisiones de tratamiento.

En cambio, los médicos le aconsejaron que continuara monitoreando las áreas en busca de nuevas inflamaciones y que las revisara durante los exámenes de detección de cáncer de mama de rutina. La afección es relativamente común (afecta aproximadamente entre el 2% y el 6% de las mujeres y entre el 1% y el 3% de los hombres), pero puede estar genéticamente relacionada en aproximadamente el 6% de los casos. En particular, la paciente no informó antecedentes familiares de afecciones similares, lo que hace que su caso sea aún más singular. Esto resalta que, si bien puede existir una predisposición genética, la afección también puede ocurrir esporádicamente.