La NASA está financiando una misión privada innovadora para salvar su envejecido Observatorio Neil Gehrels Swift, un telescopio espacial que enfrenta una decadencia orbital inminente. La misión, contratada por Katalyst Space Technologies, con sede en Arizona, utilizará un enfoque poco convencional: lanzar una nave espacial robótica en un cohete Pegasus lanzado desde un avión en junio de 2026. Este es el primer intento de capturar y reposicionar en órbita un satélite no tripulado del gobierno de Estados Unidos.
El problema: un telescopio moribundo
Lanzado en 2004, Swift ha pasado dos décadas estudiando potentes estallidos de rayos gamma, las explosiones más energéticas del universo. Sin embargo, su órbita se ha deteriorado constantemente debido a la resistencia atmosférica, cayendo de 600 kilómetros iniciales a 400 kilómetros. Sin intervención, el observatorio de 500 millones de dólares se estrellará contra la Tierra a finales de 2026, ya que no está prevista ninguna misión de reemplazo.
Esta situación pone de relieve un problema creciente: muchos satélites valiosos acaban sucumbiendo a la desintegración orbital sin una estrategia clara para el final de su vida útil. La urgencia surge del valor científico de las continuas observaciones de Swift y de la falta de alternativas inmediatas.
La solución: un rescate lanzado desde el aire
El enfoque de Katalyst evita los largos y tradicionales ciclos de desarrollo de misiones al aprovechar el hardware existente y un cronograma rápido. El cohete Pegasus XL, construido por Northrop Grumman, se lanzará desde un avión L-1011 Stargazer a 12.000 metros, lo que permitirá un lanzamiento rentable.
La nave espacial, que pesa 350 kg, se encontrará con Swift, lo inspeccionará y luego utilizará tres brazos robóticos para capturar el telescopio. Esta es una operación delicada, ya que Swift no fue diseñado para mantenimiento y su óptica sensible debe protegerse de la exposición a la luz durante la captura. Katalyst ha estado estudiando fotografías antiguas del telescopio para identificar puntos de captura seguros.
Primero histórico: las implicaciones del servicio de espacio privado
Si tiene éxito, esta misión no sólo ampliará la vida útil del Swift sino que también demostrará la viabilidad del servicio de satélites en órbita por parte de empresas privadas. Esto abre las puertas para futuras misiones, incluidos servicios de extensión de vida útil para otros satélites y reparaciones orbitales más receptivas.
El director ejecutivo de Katalyst, Ghonhee Lee, enfatiza que la velocidad de esta misión (menos de dos años desde la adjudicación del contrato hasta el lanzamiento) establece un nuevo estándar de capacidad de respuesta en las operaciones espaciales. La compañía planea ampliar estas capacidades con su nave espacial Nexus, apuntando a la órbita geoestacionaria en 2027.
“Si somos capaces de hacer esto para la NASA en sólo ocho meses, creo que eso abre un nuevo conjunto de misiones receptivas en el futuro”, dice el vicepresidente de tecnología de Katalyst, Kieran Wilson.
El rescate de Swift es un caso de prueba fundamental. Si tiene éxito, no sólo salvará un valioso activo científico sino que también allanará el camino para una nueva era de servicios orbitales del sector privado, remodelando la forma en que se mantienen y amplían los satélites en las próximas décadas.

































